Algo Habrán Hecho / 1 de julio – Día del Arquitecto / Arquitectos comprometidos con la realidad social

“El arquitecto era un participe de la realidad y un protagonista en la resolución de esa realidad desde lo conceptual y no solamente desde el diseño como una respuesta artística. Se metía el problema, lo interpretaba y desde ahí conceptualizaba y eso significaba de alguna manera una conceptualización ideológica”. Arquímedes Federico. Coordinador Taller Total, 1971-1974

 

En “Algo habrán hecho” homenajeamos a estudiantes, docentes, egresados de la Facultad de Arquitectura, no sólo por ser una facultad que sostiene luchas por la vigencia de Memoria, Verdad y Justicia, sino por su legado, por las preguntas que se hicieron, por la experiencia del taller total, por el compromiso de su comunidad y por ser una de las facultades con mayor cantidad de víctimas del ámbito universitario durante la dictadura de 1976. 

Para la década de los ´60, el enfoque y la formación académica fueron los pilares fundamentales de una formación profesional que prestaba atención al contexto, las necesidades y las demandas sociales. Uno de los principales cuestionamientos que docentes y estudiantes se hicieron fue: ¿Cómo interpretar la Arquitectura en función de una demanda social? Desde esta premisa entendieron que los arquitectos podían ser partícipes de su realidad, que podían incidir conceptualmente y sobre todo a través de la práctica.
“desde el Taller Total pensábamos que la arquitectura debía desarrollarse en relaciones democráticas y participativas donde el hábitat no es sólo poseer una vivienda sintetizando esa idea en la afirmación de “una casa es una ciudad y una ciudad es una casa”. 
Silvia Adriana Dobry – Alumna y docente del taller Total

Desde experiencias de enseñanza – aprendizaje novedosas como fue el Taller Total, intentaron romper con la lógica individual de la formación por cátedras e incorporaron saberes interdisciplinarios a través de trabajos intercatedras e intentaron disipar la verticalidad institucional. 

“Nosotros nos sentíamos con falta de formación pedagógica y política, eso hizo que una acertada decisión de Juan Carlos Fontan nuestro primer decano tuviera la feliz idea de llamar a docentes de la Escuela de Pedagogía. Fueron 9 mujeres, que no sólo se incorporaron al trabajo del Taller Total e incorporaron un pensamiento de lo que se debe aprender y enseñar. Acordamos en incorporar a la enseñanza antropología, sociología y economía porque lo que nosotros queríamos era servir a nuestra sociedad”… Benjamín Elkin. Docente coordinador del Taller Total 


La experiencia del Taller Total, es acotada en el tiempo. Fue disipada a partir de 1974, con la conocida “Misión Ivanissevich”. A pocos días del reemplazo de Jorge Taiana por Oscar Ivanissevichen el Ministerio de Cultura y Educación, dicha institución comenzó una tarea de intervención de varias universidades en todo el país – política acompañada por grupos paramilitares y parapoliciales-. Muchas universidades se mantuvieron cerradas durante algunos meses, en los cuales se procedió a la cesantía de gran cantidad de docentes y no docentes, al reemplazo de autoridades y a la persecución de muchos estudiantes que tenían participación política. 
En este marco, la experiencia de trabajo interdisciplinario vinculada al desarrollo territorial y a las necesidades de la población en la facultad de Arquitectura quedó inacabada por accionar del Terrorismo de Estado. Sin embargo, muchos de sus protagonistas persistieron en la recuperación de las más ricas experiencias salvándolas del olvido, recuperando el compromiso por la disputa del conocimiento y haciendo PRESENTES a los compañerospresos, perseguidos y asesinados,en sus prácticas y enseñanzas. 

Compartimos un texto de Alejandro Cohen / Profesor Titular de Tesis – FAUD / UNC. En homenaje a aquella experiencia y sus compañeros. 

Arquitectos constructores
Se habla mucho de los “sitios de memoria”. Estos jóvenes estudiantes de arquitectura, los “arquitectos que no fueron”, contribuyeron, con otros ciudadanos, en medio del horror más extremo y en los lugares más horrorosos, a construir la memoria. Pusieron los cimientos con sus propios cuerpos, con sus propias vidas. Primero por la simple memoria oral, luego construida en testimonio en “sede judicial”, luego continuada en excavaciones por esa arqueología del dolor que inauguraron otros especialistas de la “antropología forense”, relevando vestigios de “héroes y tumbas”. Al fin y al cabo, la arquitectura trabaja siempre sobre la memoria y la innovación. La Arquitectura es como un balance, entre la memoria, no solo individual, sino la memoria social. Y por otro lado está la innovación, el sueño de todo ser humano con cambiar la realidad. 
En esa dupla formativa estaban inscriptos estos jóvenes, creían en la innovación máxima, “hacer la revolución” porque estaban educados en la sensibilidad frente al sufrimiento de quienes nunca iban siquiera a acceder a la universidad. Eso los motivaba: el bien común, aunque a muchos les suene hoy un poco “naif”. Todos esos amigos, hermanos, amantes, compañeros, hijos, conocidos, vecinos tal vez, fueron siempre recordados y vigentes en nuestros sueños actuales, tanto como en nuestros recuerdos del futuro. Muchos sin saberlo plenamente, construyeron, como arquitectos, pero también como simples albañiles, con los ladrillos de su infinito sufrimiento, pero con el optimismo de la voluntad hasta el último aliento, esto que llamamos memoria, y por cierto y por extensión sus sitios memorables por siniestros. Es cierto que soñaban con construir mucho más que eso. Peleaban por el derecho a la ciudad de todos, por un hábitat colectivo e inclusivo.

Conocí, conviví, aprendí, compartí, milité, discutí, admiré, a muchos de ellos en nuestra Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad Nacional de Córdoba. Todos compartían el ideal mínimo de cambiar al máximo el mundo y la calidad de vida de sus gentes y su medio ambiente. Por ello querían ser arquitectos. Un tal Walter Benjamín escribió alguna vez que habitar es dejar huellas. Supongo no se refería específicamente a la profesión de los arquitectos, que siempre soñamos con dejar huellas, construyendo algo que nos trascienda. Bueno, mis amados arquitectos que no fueron, dejaron huellas, nos construyeron en parte a quienes los sobrevivimos. Fueron quienes se llevaron la peor parte de tantos colegas que contemporáneamente a ellos sufrieron cárceles, exilios, cesantías, amenazas y persecuciones. Y que fueron, junto con las comisiones de familiares de detenidos y desaparecidos los primeros eslabones de esa red de resistencia y memoria contra la dictadura y sus cómplices civiles de entonces (y de ahora), empeñados en borrar esas historias y sus circunstancias.

Recordar entonces a los “arquitectos que no fueron”, es saber también que fueron humildes constructores de los “sitios de memoria” donde todavía los lloramos (los recordamos con alegría en lo cotidiano, no allí). Y es bueno no reprimir el llanto, pues es inaceptable aceptar el horror y cualquier justificación del terrorismo de estado. No se trata de poner una placa, un mero recordatorio, es más complejo que eso, parte de una política, cultural y educativa. Pero también de no retacear recursos y gestión. Para que la memoria viva, sea tangible, y no se diluya en el abandono. Los “sitios de memoria” son la huella física de nuestra historia reciente. Para que no se repita. Para hacer el duelo. Para aprender. Esa componente ética es el material imprescindible para tratar de formar a las jóvenes generaciones en esa sensibilidad social con que soñaban nuestros arquitectos que no fueron.

Listado de víctimas:
Colón Daniel Antonio
Therisod Hugo 
Chertkoff Mónica Roxana 
Apertile Ricardo Américo
Haro Ricardo Rubén
Moreira Sánchez Jaime 
Rodríguez Nina David
Salinas Burgos Luis Rodney 
Schuster Jorge Ángel 
Villalba Álvarez Luis 
Agüero Tomás Rodolfo 
Zucaría Hit Ricardo José 
Strelzik Susana Inés 
D'Angelo Alfredo Gustavo 
Sammartin Daniel Horacio 
Colombetti de Bulacio Liliana Teresa 
O`Kelly Elsa Mónica 
Kreiker Rosa Dory Maureen 
Lesgart María Amelia
Ferreyra Diego Alejandro
Morales Alejandro Manuel 
Sgandurra Carlos Alberto 
González Víctor Francisco 
Paciaroni Víctor Hugo
Abdón de Maggi Mirta Noemí 
Zorrilla Claudio Aníbal 
García Carlos Roque 
Trigo Raúl Horacio 
Budini Eduardo Daniel 
Sáenz Bernal Reynaldo Lázaro 
Abad de Perucca Ana Catalina 
Pereyra Carlos Alberto 
Huerta de Pereyra María Teresa 
Ramírez Ramón Antonio 
Salles Carlos Ángel 
Zarco Pérez David Oscar 
Goldman Rubén Manuel 
Molina Raúl Mateo 
Lowe Ernesto Ronaldo 
Hunziker Héctor Ernesto 
Moresi Miguel Ángel 
Vergara Rodolfo José